“The Peru’s Top Secret Band”
Así es como nos nombraron todos los
periódicos de Inglaterra. Todo comenzó un 1 de Octubre, de 1966 para ser
exactos, día en que mi amigo Jorge vino de visita a mi departamento en Lince,
departamento que comenzaba a alquilar con el dinero que había conseguido
trabajando de mozo en un restaurante cerca. Este día sería esencial para mí,
Jorge y los demás muchachos. A todos nosotros nos encantaba el rock, desde los
Beatles hasta Los Saicos, una pequeña banda peruana que practicaba en un
departamento a menos de una cuadra del mío. Ellos recién habían comenzado a
tocar juntos y todavía no eran muy famosos pero yo confiaba en que lo serían
algún día, tenían muy buen potencial. Cerca de mi departamento también vivían
los hermanos Ventura, que tenían la loca idea de tocar con Los Rolling Stones. Su
banda se llamaba Los Mads.
Fue este día de octubre que Jorge
llego a mi casa trayendo lo que me pareció la cosa más bella que había visto en
el mundo. Era una guitarra que la había traído su tío de Estados Unidos, pero
no era cualquier guitarra, era una Fender Telecaster del 63’, una de las
mejores guitarras que existían en la época. Cuando vi esa guitarra por primera
vez no se imaginan lo entusiasmado que estaba por tocarla. Yo, Jorge y otros
amigos habíamos formado una banda hace poco. Todavía no éramos tan famosos como
los Saicos o incluso los Mads, ni siquiera teníamos nombre, pero aun así nos
presentábamos de vez en cuando en las matinales de los cines. En los 60’s las
matinales de los domingos eran el momento en que todas las bandas de lima se
presentaban en la mayoría de cines del centro. Tocabas en un cine e ibas al
otro. Después de haber tocado en 8 cines, antes de que comenzara cada función,
tocábamos en algún evento, kermes, cumpleaños, etc.
Luego de probar la guitarra Jorge
me dio la noticia más impresionante que alguna vez alguien me había dado:
“Miguel, nos vamos a Inglaterra”. No me lo podía creer, no tenía sentido lo que
decía. Resultaba que un productor ingles que estaba de paso por el Perú nos
había escuchado esa misma mañana en una de nuestras presentaciones y le
habíamos gustado tanto que estaba dispuesto a llevarnos a Inglaterra para que
su disquera nos firmara. Inmediatamente fuimos con los demás muchachos a
contarles la gran noticia, al día siguiente nos encontraríamos con el
Productor, quien vendría a escucharnos. Luego de haber llamado a todos nos
encontramos en el estudio donde grabábamos de vez en cuando para preparar que
tocaríamos en la audición. La banda consistía en los siguientes integrantes:
Jorge, mi mejor amigo, fan de los Stones y guitarrista espectacular; John,
amigo del colegio, baterista extraordinario; Robert, amigo de Jorge que había
vivido en estados unidos casi toda su vida, de padres estadounidenses pero
nacido en el Perú, ya que pronunciaba muy fluidamente inglés, él era el cantante;
Marcelo, bajista del grupo; y yo, que también
era guitarrista, aunque no tenía una Telecaster, me defendía con mi modesta
guitarra Danelectro que mi papá me había regalado. De todo el grupo yo y Jorge
éramos los que más sabíamos de música, sinceramente a mí más que los Beatles o
los Rolling Stones me gustaban las bandas nuevas y con sonidos más agresivos.
Dentro del estudio practicamos
algunas canciones y cada uno se fue a su
casa. Al día siguiente el productor llego al estudio y todos lo conocimos. Su
nombre era Tony Edwards, un hombre sencillo de unos 20 años, con una apariencia
hippie, un movimiento que recién comenzaba a aparecer en Estados Unidos e
Inglaterra, por lo cual a todos les pareció muy extraño, excepto a mí que me
pareció genial. Ya que solo hablaba
inglés, Robert nos sirvió de traductor, aunque la mayoría entendíamos lo que
decía. Nos habló de la cantidad de talento que había encontrado en nosotros y
que quería llevarnos a Inglaterra para que la disquera nos escuchara y poder
firmarnos de inmediato, lo que significaría poder sacar un álbum. Fue unánime,
todos accedimos al instante. Pero había un problema, la banda no tenía nombre.
Richard dijo que él se encargaría de eso. Al día siguiente salimos muy temprano
por la mañana rumbo a Londres, como unos completos desconocidos rumbo, a lo que
pensamos, sería el éxito, sin tener muy claro si esto funcionaría o no, y con
solo nuestro talento como aleado.
Después de 14 horas de vuelo,
llegamos a Londres. Fue impresionante todo lo que vimos. La gente, las casa,
los autos, las calles, las tiendas; era algo muy diferente a lo que me hubiera
imaginado. Lo primero que vi cuando salimos del aeropuerto fueron las tiendas
de música. Nunca había visto tantas guitarras juntas, era el paraíso. Rumbo al
hotel donde nos hospedaríamos vimos cientos de clubes con anuncios como “Esta
noche The Doors”. Casi todas las bandas de las cuales éramos ídolos se
presentaban en aquellos clubes, a excepción de las grandes bandas que se
presentaban en anfiteatros o incluso estadios. Pero claro, la idea de tocar en
un estadio era ambición, para nosotros el poder tocar en un pequeño club y
conocer a nuestros ídolos bastaría. En todos los clubes se podían leer nombres
nuevos. Según Tony, este era el momento para las nuevas bandas. Muchas bandas
con nuevos sonidos salían a escena, era nuestra oportunidad.
Luego de llegar al hotel
descansamos y nos preparamos para al día siguiente reunirnos con la disquera,
pero como queríamos conocer el lugar, los cinco salimos del hotel y visitamos
los clubes de la zona. Fue aquí donde ocurrió la segunda cosa más impresionante
de esta historia, ya que conocí, sin saberlo, a quien sería reconocido como uno
de los mejores guitarristas de todos los tiempos.
Llegamos a parar en un local
donde se presentaba un tal Jimi Hendrix, un guitarrista que había sido traído
de USA a Londres por el bajista de la banda The Animals con las mismas
intenciones que nos trajeron a nosotros, firmar contrato con una disquera y
entrar al ambiente de los músicos del género, la única diferencia era que
aunque nosotros no éramos nada malos, él tocaba mucho, mucho, pero mucho mejor
la guitarra que yo o Jorge. Los cinco nos quedamos atónitos con su
presentación. Luego de que terminara de
tocar, me le acerque y charlamos por un rato. Después de 2 horas de conversar
Jimi ya era nuestro amigo y accedió a tocar con nosotros cuando quisiéramos.
Luego pasear por muchos más clubes, regresamos al hotel.
Esa misma noche salimos a
conversar con Jimi, que se hospedaba en el mismo hotel que nosotros. Cuando
Tony nos fue a avisar que trajéramos los instrumentos para tocar todos nos
pusimos nerviosos, no habíamos preparado nada. Jimi nos dijo que nos dejáramos
llevar, que tocáramos lo que siempre tocábamos en nuestras presentaciones en
Perú. Antes de entrar al escenario Jimi me entrego una pequeña caja de metal de
color celeste y forma circular, se podía leer: “Fuzz Face Effect”. Nunca había
visto algo parecido. Según Jimi, era un pedal de efectos, su “arma secreta”. Me
dijo que intentara tocar con eso. Y eso fue
lo que hice. Salimos al escenario y tocamos. Luego de presentarnos la gente
estaba impresionada. No sabíamos si lo habíamos hecho bien o mal. Cuando al
paso de solo unos segundos todo el mundo en el club comenzó a aplaudirnos. La
disquera accedió a firmarnos luego de unas pequeñas negociaciones con Jorge,
que por ser el mayor, actuaba como el “manager” de la banda. Al día siguiente
todos los periódicos de Inglaterra hablaban de nosotros. Nos habían nombrado
como “The Peru´s Top Secret Band”, y como no teníamos nombre, adaptamos ese.
Después de tan solo 5 días ya nos
habíamos presentado en casi todos los clubes de la zona, y ya teníamos preparadas
4 canciones para un pequeño EP de 45
rpm, EP que saldría al mercado Ingles el próximo mes. Luego del éxito del EP en
Inglaterra, y de haber pasado Navidad, año nuevo y haber vivido ya casi 7 meses
ahí, alejados de nuestras familias, Tony, como productor de la banda, ya tenía
en mente nuestra aparición en el mercado americano. Es aquí cuando Jimi nos
consiguió un lugar en el festival estadounidense de Monterey en California.
Inmediatamente lo conversamos con Tony y después de unas cuantas llamadas todo
estaba resuelto, nos Iríamos a Estados Unidos.
Al llegar a USA ya para Junio del
67’, sin imaginárnoslo, fuimos recibidos en el aeropuerto por cientos de fans
que habían escuchado nuestro EP. No lo podíamos creer. Ya teníamos fans en Estados
Unidos. De alguna manera lo habíamos logrado.
Paseamos por la ciudad todo ese
día, conociendo los clubes y las tiendas. Al día siguiente sería el concierto.
Todos estábamos ansiosos y nerviosos, en especial yo y Jorge. Temprano en la
mañana nos juntamos en un estudio que había alquilado Tony y practicamos toda
la tarde. Al salir del estudio nos dirigimos al lugar del festival horas antes
de que este comenzara. Jimi ya se encontraba allí. Lamentablemente nunca
llegamos.
Basto que nos cruzáramos con un
conductor ebrio, y probablemente drogado, y sucedió. El impacto fue demasiado
fuerte. Por milagro a ninguno nos pasó nada grave, a excepción de Jorge quien
recibió la mayor parte del golpe. Yo estaba demasiado nervioso, angustiado y
preocupado, por un momento pensé que estaba muerto. Inmediatamente llego la
policía y la ambulancia. Llevaron a Jorge inmediatamente al hospital. Por
suerte solo se rompió un par de costillas y el brazo. La mayoría de nosotros
solo teníamos moretones y ligeros cortes.
Al nunca llegar al festival, nos
reemplazaron al instante. Perdimos comunicación con Jimi. Al haber pasado lo
que paso tuvimos que regresar a Perú ya que Jorge tenía que estar con su
familia quienes estaban muy preocupados por él.
Luego de que dieran de alta a Jorge nos despedimos de Tony, le
agradecimos por todo y le dijimos que no podíamos continuar por lo sucedido. El
entendió, nos habló de que lo había contactado un amigo para que produjera su
nueva banda, Roundabout, que según Tony era un mal nombre. El contrato con la
disquera se terminó. Regresamos a Lima. Parece mentira pero de alguna manera
nos habíamos acostumbrado a la fama en Estados Unidos e Inglaterra, pero aquí
éramos personas comunes y corrientes. Todo había acabado. O eso fue lo que
creímos.
En el 70’ cuando regrese a
Estados Unidos, luego de 2 meses de vivir en ese departamento en Seattle,
recibí un paquete. Era nada menos que una guitarra, una Fender Stratocaster
Blanca. La guitarra tenía una carta en el interior, era de Jimi.
“Miguel:
Me costó mucho llegar a encontrar tu
dirección, sino hubiera sido porque regresaste a USA no te hubiera podido dar
esto. Esta guitarra te la entrego como símbolo de lo importante que fueron
ustedes como amigos para mí. Me hubiera gustado dártela en persona pero en este
momento me estoy yendo a un festival en
la isla de Wight. He escuchado que una banda peruana será llevada al festival
por el productor de los Rolling Stones, se llaman los Mads creo, quizás los
conozcas.
Saludos.
Jimi Hendrix”
Estaba impactado Jimi me había
recordado, y segundo los Mads tocarían en la isla de Wight. Wow. Creo que en verdad eran mejores que
nosotros. Ese mismo año Jimi fallecería.
Nunca fuimos olvidados, como
pensamos que lo habíamos sido. Hace menos de un año fuimos redescubiertos, y
junto con nuestros pocos fieles fans alrededor de USA e Inglaterra nos animamos
a regresar. Ahora, alrededor 40 años después de nuestro debut en Inglaterra
estamos aquí a punto de salir al escenario, en nuestro nuevo debut, todos juntos,
Jorge, Robert, John, Marcelo y Yo.
Ya nos están llamando para entrar
a escena, estoy demasiado nervioso aunque sé que todo saldrá bien, con la
guitarra y el “arma secreta” de Jimi Hendrix como no podría.
Por Eduardo Arana 3° SEC “B”
Colegio Isabel Flores de Oliva
24/05/2014
Todos los hechos y artistas que
aparecen en la historia a excepción de los protagonistas son personas reales
pero los papeles que desarrollan y su relación con los protagonistas es
ficticia.
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